Champan - Cava
Cuanto se diga sobre el champán es aplicable al vino de Cava español, ya que éste se cría, envejece y clasifica siguiendo el método de Francia, tierra donde se originó.
El solo nombre de Champán evoca en casi todos, momentos de celebración y alegría, bodas, bautizos, Año Nuevo... La magia de sus burbujas dispersa las inhibiciones, convierte a los tímidos en frívolos y a los extrovertidos en explosivos. Es difícil imaginar a todo un serio catador saboreando este vino de la alegría y emitiendo un juicio serio sobre sus cualidades. Cuando está en su punto es un vino seco, de cuerpo, con un levísimo toque de acidez.
La región de Champagne está situada en el norte de Francia. La vendimia es tardía y la fermentación se detiene naturalmente por el frío del clima. En la primavera y verano la fermentación comienza de nuevo (por segunda vez) produciendo gas en el vino.
Dom Pérignon, capataz principal de las bodegas de la Abadía de Hautvilles, encontró el método para explotar esta segunda fermentación y producir un vino espumoso. No sólo ideó el uso de botellas de cristal grueso para contener este vino explosivo, sino que además fue el primer hombre que usó el tapón de corcho en lugar de trapos. A través de los años, Dom Pérignon mezcló los vinos del valle del Mame, mejorando su crianza, aunque no pudo resolver el problema causado por las partículas sólidas (las lías) que se producían al morir la flor de la primera fermentación cuando aparecía la flor de la segunda.
Este problema fue finalmente solucionado en el siglo XVIII por Madame Clicquot, cuyo marido regentaba una pequeña bodega. Fascinada por el misterio y el arte de criar vino, a la muerte de su marido se hizo cargo de la bodega. Simplemente colocó las botellas boca abajo a fin de que las partículas sólidas (las lías) se vinieran al corcho, observando entonces que se quedaban adheridas a él. Dándole a la botella una leve sacudida, levantándola y girándola en el sentido de las manecillas del reloj, a la vez que se le da un ligero golpe, observó que todo el sedimento se quedaba en el corcho. Este proceso se conoce con el nombre de "remuage". Hoy día las botellas se mantienen en las cavas colocadas en un cierto ángulo de inclinación (gollete en la parte inferior) y un operario experto puede realizar este proceso al ritmo de 3.000 botellas a la hora. El truco final se conoce con el nombre de "dégorgement" o "deguelle". El sedimento está descansando contra el corcho con la botella invertida. Se toma cada botella, se cortan las cuerdas que sujetan el tapón y se le reemplaza con uno nuevo vertiendo tres centímetros de vino, eliminando de esta manera el sedimento.
El espumoso catalán que ha sido elaborado por el método anteriormente descrito (conocido como "méthode champanoise"), es decir, que su crianza, desde la toma de espuma hasta la eliminación de las lías inclusive, ha sido realizado en botella, es el que se denomina "cava", y puede usar este nombre en la etiqueta o "vino espumoso natural". Si en lugar de esta denominación en la etiqueta aparece "Grandes envases" o "granvas" quiere decir que el método de crianza utilizado es el "Charmat". Su principal diferencia con el "charnpanoise" es que la segunda fermentación ha sido realizada en grandes envases de cierre hermético desde donde pasan a botellas para su comercialización. Si el gas carbónico ha sido total o parcialmente incorporado de manera artificial, en la etiqueta debe constar "vino gasificado".
Los champanes y los cavas se clasifican según su contenido en azúcar.
El solo nombre de Champán evoca en casi todos, momentos de celebración y alegría, bodas, bautizos, Año Nuevo... La magia de sus burbujas dispersa las inhibiciones, convierte a los tímidos en frívolos y a los extrovertidos en explosivos. Es difícil imaginar a todo un serio catador saboreando este vino de la alegría y emitiendo un juicio serio sobre sus cualidades. Cuando está en su punto es un vino seco, de cuerpo, con un levísimo toque de acidez.
La región de Champagne está situada en el norte de Francia. La vendimia es tardía y la fermentación se detiene naturalmente por el frío del clima. En la primavera y verano la fermentación comienza de nuevo (por segunda vez) produciendo gas en el vino.
Dom Pérignon, capataz principal de las bodegas de la Abadía de Hautvilles, encontró el método para explotar esta segunda fermentación y producir un vino espumoso. No sólo ideó el uso de botellas de cristal grueso para contener este vino explosivo, sino que además fue el primer hombre que usó el tapón de corcho en lugar de trapos. A través de los años, Dom Pérignon mezcló los vinos del valle del Mame, mejorando su crianza, aunque no pudo resolver el problema causado por las partículas sólidas (las lías) que se producían al morir la flor de la primera fermentación cuando aparecía la flor de la segunda.
Este problema fue finalmente solucionado en el siglo XVIII por Madame Clicquot, cuyo marido regentaba una pequeña bodega. Fascinada por el misterio y el arte de criar vino, a la muerte de su marido se hizo cargo de la bodega. Simplemente colocó las botellas boca abajo a fin de que las partículas sólidas (las lías) se vinieran al corcho, observando entonces que se quedaban adheridas a él. Dándole a la botella una leve sacudida, levantándola y girándola en el sentido de las manecillas del reloj, a la vez que se le da un ligero golpe, observó que todo el sedimento se quedaba en el corcho. Este proceso se conoce con el nombre de "remuage". Hoy día las botellas se mantienen en las cavas colocadas en un cierto ángulo de inclinación (gollete en la parte inferior) y un operario experto puede realizar este proceso al ritmo de 3.000 botellas a la hora. El truco final se conoce con el nombre de "dégorgement" o "deguelle". El sedimento está descansando contra el corcho con la botella invertida. Se toma cada botella, se cortan las cuerdas que sujetan el tapón y se le reemplaza con uno nuevo vertiendo tres centímetros de vino, eliminando de esta manera el sedimento.
El espumoso catalán que ha sido elaborado por el método anteriormente descrito (conocido como "méthode champanoise"), es decir, que su crianza, desde la toma de espuma hasta la eliminación de las lías inclusive, ha sido realizado en botella, es el que se denomina "cava", y puede usar este nombre en la etiqueta o "vino espumoso natural". Si en lugar de esta denominación en la etiqueta aparece "Grandes envases" o "granvas" quiere decir que el método de crianza utilizado es el "Charmat". Su principal diferencia con el "charnpanoise" es que la segunda fermentación ha sido realizada en grandes envases de cierre hermético desde donde pasan a botellas para su comercialización. Si el gas carbónico ha sido total o parcialmente incorporado de manera artificial, en la etiqueta debe constar "vino gasificado".
Los champanes y los cavas se clasifican según su contenido en azúcar.
- "Brut". Es el vino espumoso natural con un contenido inferior a 20 gramos de azúcar por litro.
- "Seco". Su contenido de azúcar puede llegar a los 30 gramos.
- "Semiseco". El contenido de azúcar está entre 30 y 50 gramos por litro.
- "Dulce". El contenido de azúcar es superior a los 50 gramos por litro.